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Como el lector ya sabrá, el asma es una enfermedad de base fundamentalmente inflamatoria, y en ella tiene un papel crucial el eosinófilo, siendo su cuantificación, por tanto, un buen marcador de actividad. Cuando la espirometría no es confirmatoria, y en base a esto, GEMA 5.3 incorpora en su árbol diagnóstico de la enfermedad el valor de FeNO de 40 partes por billón como el dintel a partir del cual podemos diagnosticar de asma a un sujeto.

Los contenidos, por supuesto, superan al ámbito de la radiología torácica, lo que la hace si cabe aún más interesante, aunque los temas expuestos en lo que hoy nos ocupa son: Vías aéreas, interpretación básica, insuficiencia cardiaca, patología pulmonar, COVID-19, esófago, TAC torácico de alta resolución, cáncer de pulmón, mediastino, nódulos pulmonares, nódulo pulmonar solitario (NPS)

La asociación de formoterol-CI está indicada como tratamiento fijo o como tratamiento fijo y rescate a partir del escalón 3 de GEMA. En el escalón 2, la recomendación de elección es el tratamiento fijo con dosis bajas de corticoide inhalado en monoterapia. En el escalón 1, no hay un tratamiento de elección como tal, y se hacen recomendaciones de baja evidencia, en cuanto a tratamiento con SABA o salbutamol/formoterol-CI (MART) a demanda, pero estas últimas no están en la ficha técnica de los medicamentos comercializados en Europa.

La proyección lordótica es una proyección especialmente útil para evaluar los segmentos superiores de los lóbulos, especialmente en casos de duda, para estudiar el lóbulo medio o la língula y para el estudio de los vértices pulmonares.

¿Cada cuánto repetir espirometría si el asma está controlada? GEMA y el resto de consensos actuales no dan una pauta clara en cuanto a la cadencia de esta prueba si el asma alcanza buen control. Si nos guiamos por aquella, parece prevalecer la opinión de que el intervalo de 1 año podría ser una buena periodicidad.